Es el tuyo. No te sirve ni el de Marta Sánchez, ni el de Chema Martínez ni el de Gebrselassie
El mejor entrenamiento es aquel que se adapte a tu vida. Todos cometemos el tremendo error de tratar de seguir planes de otros, dietas de otros, vidas de otros y adaptar nuestra vida a ellos.
Como dirían los americanos es “the other the way around” ( justo al revés).
– Trae el entrenamiento a tu vida y no tu vida al entrenamiento.
Escribe tu rutina, organiza tus “must”, haz una escala de ocupaciones, mira lo que es insustituible, busca los huecos de ocio, los momentos de no hacer nada útil y sobre ese planning empieza a insertar tu entrenamiento.
Valora el nivel de intensidad de tus ocupaciones diarias, cuenta las horas de descanso necesarias, deja un tiempo para las relaciones sociales, para tus hijos, para tu marido, etc. Repasa con lupa todos los minutos de tu día y observa aquellos que no inviertas en nada útil, cómo ver la tele, compromisos innecesarios, horas perdidas haciendo compras inútiles…
Quédate con lo necesario. En los huecos que sobran (te sorprenderá cuántos son), introduce tu rutina deportiva. Crea esos momentos en los que si no sales a correr, no hubieras hecho nada útil.
De este modo tendrás remordimiento en vez de JUSTIFICACIONES si no sales.
-Se constante.
Tienes una CITA con el running (sé formal). Ya se ha convertido en un “must”.
A esa franja de tiempo llámale tu MOMENTO para el RUNNING, igual que tienes uno para LAVARTE LOS DIENTES o para DESAYUNAR o para IR A TRABAJAR.
Sólo si estás enfermo o cae el diluvio universal dejas de hacer una de esas ocupaciones. Lo mismo tiene que pasar con tu cita. No es la típica actividad que puedes moldear.
Has quedado.
Y en cuanto a la INTENSIDAD.
– No te quemes, no trates de seguir el ritmo de otros. Cada uno tiene un nivel ocupacional diferente, unas horas de descanso diferentes, un ritmo de vida diferente y eso determina el rendimiento en el running también.
– Aprende a identificar las señales de tu cuerpo y de tu mente. Cuándo un estoy cansado es cierto y cuándo es pereza, cuándo un no puedo más es agotamiento y cuándo es rendirse antes de tiempo. Cuándo debo trotar y cuándo debo hacer series. Usa tu intuición, es la sabiduría ancestral.
– Exígete sólo un poco más. Algo que sea hoy un pequeño reto pero que no te deje tan agotado que el siguiente entreno aceche tu subconsciente con señales de alarma.
NUESTRO OBJETIVO ES CORRER DURANTE EL RESTO DE NUESTRAS VIDAS.
Las grandes hazañas se consiguen con pequeñas victorias.
No os desesperéis tenemos toda la vida por delante.
