Ayer cumplió doscientos años  Henry David #Thoreau,  el filósofo americano del siglo XIX (“Walden la vida en los bosques)”.

            “…Sus caminatas en la laguna de #WALDEN —y leer este libro es salir a caminar con él— son seminarios al aire libre, siempre cargados de descubrimientos. El método Thoureau  nos invita a movernos en nuestro día de manera similar a como él lo hiciera, y nos propone un itinerario ético que afecta a cómo nos relacionamos con nuestro entorno.”

 A través de él sufrí mi proceso de transformación interior “caminando”- trotando- por mi bosque particular (el Monte del Pilar)

            Durante este proceso entendí que la fuerza extra (energía)  que necesitamos para desarrollar nuestro proyecto vital en nuestro mundo del siglo XXI no proviene de fuera sino de nuestro interior.

            Buscamos en la tierra ávidamente suplementos energéticos,  gurús espirituales,  recetas mágicas y fórmulas sociales que nos guíen y solucionen los baches y cuestas con los que tropezamos en nuestro caminar. Estos lamentablemente solo son medicinas temporales, parches o falsos consuelos que nos vuelven a situar en el camino de salida o incluso dos pasos atrás. Al final nuestra vida se convierte en un mero subsistir carente de motivaciones o sueños.

            La fórmula mágica, sin embargo, está mucho más cerca, en nuestro interior, grabada en nuestros genes y proyectada a través del instinto.

            La falta de fe y confianza en nosotros  dinamizada por nuestro entorno social ha desconectado el cable telefónico que unía nuestra mente a esa información, tratando desesperadamente de captar las señales en el exterior con sus directrices mediocres, “ farsas y obligaciones de una vida impuesta por las circunstancias”
            A través de Thoreau, entre otros, aprendí a restablecer ese cable,  pero lo transforme en WiFi y lo más sorprendente es que al RE-CONECTAR con mis pulsaciones y mi alma instintual ocurrió algo mágico,  (o quizás fueron los satélites de nuestra era) recibí también señales del cielo.

            Recordé que “estamos hechos a imagen y semejanza de dios”  luego algo suyo tendremos y si participamos de su divinidad también seremos ilimitados en nuestras posibilidades.

            Y me dije, ¿por qué buscar en el hombre y sus creencias (limitadas)  la fórmula que de fuerza a mi vida si tengo una fuente más poderosa de la que desciendo?

….Y así construí para mi #RUNNING y para mi vida mi GABINETE DE CRISIS.

            Seleccioné mi grupo asesor y proveedor de inspiración, sabiduría y energía.

            Senté en una mesa redonda  a mis ídolos, ya fallecidos, con Jesús como Presidente:

            Thoreau:  Con su método Thoreau  desplegándome su sabiduría durante “mis caminatas” .

            Santa Teresa de Calcuta.  Su fórmula empresarial llevó su obra a todo el mundo.  

            “El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. Y el fruto del servicio es la paz

            Benjamin Franklin:  La cultura del esfuerzo y del trabajo.

            “Being industrious” una de las 13 virtudes predicadas por Ben Franklin.

            “Lose no time. Be always employed in something useful. Cut off all unnecessary actions

            Santa Teresa del Niño Jesús:  Su ejemplo de humildad  y reconocimiento de nuestra pequeñez  y sin embargo fe en un Dios presente aquí y ahora

            “A Dios no le dejaré parar hasta que me conceda todo lo que quiero”

           Y, por último, mi abuela, quien me habló de la “inteligencia emocional” muchos antes de que Daniel #Goleman escribiera su conocido libro, siempre apostando por la capacidad ilimitada de la mujer para salir adelante.
             Mientras corro, en mis momentos de debilidad o fatiga, les INVOCO, para que me proyecten desde el cielo el plus de energía y el extra de creatividad que necesito para conseguir mis metas.  Paso a paso les observo en su mesa redonda situada sobre las nubes cómo discuten y reflexionan, cada uno aportando su visión, y entonces noto como una descarga eléctrica que recorre mi cuerpo, un escalofrío que me despierta a un nuevo nivel de conciencia y de sabiduría.

            Miro mi GPS y misteriosamente mi velocidad ha aumentado un minuto por km mientras mi NEP (nivel de esfuerzo percibido) estaba en el mismo punto.

            MI NUEVO ACOMPAÑANTE: JOSÉ AMIÁN  

            Últimamente, tengo un nuevo compañero, alguien que no está todavía en el cielo ni en mi mesa redonda, lo siguen necesitando en la tierra.

            Curiosamente solo me acompaña de madrugada, cuando sus padres (María Paramés y Pepe) duermen, (esta semana en la isla de San José en Ibiza), porque el resto del día se los dedica a ellos.      Es mi sobrino José Amián.

            Hoy de madrugada, a las 6, trotando por el Monte del Pilar, tras haberme casi atropellado un jabalí, se ha puesto a mi lado y me ha dicho “ánimo tía Pilar sigue avanzando, no te asustarás por un jabalí!!!!!!!! mira que maravilla ser uno más en la naturaleza”.  Se tronchaba de risa, como siempre, aunque hoy no estaba solo, agarraba a Belén Jordana con el codo por el cuello, y ambos reían.  Han ido delante de mi hasta casi el final, cuando cruzo la puerta de salida del Monte me abandonan.

            Por eso me siento afortunada porque cuando todo el mundo recurre al “comodín del público” para  resolver sus encrucijadas , yo tengo un comodín infalible e ilimitado que viene del cielo, mi gabinete de crisis.           

“…Thoreau lleva doscientos años caminando con nosotros, y quizá hoy más que nunca sea necesario tomarle el testigo y continuar su caminata. Thoreau nos dejó la brújula, las coordenadas y algunas claves para continuar su labor. Pero, sobre todo, nos dejó una lección clara: los valores no son ideas abstractas o eslóganes sociales o políticos. Nuestros valores son el material al que se despierta nuestro cuerpo cada mañana; con ellos debe iniciarse nuestra caminata, nuestra conversación diaria. También podríamos, claro está, pararnos en el camino, adecuarnos a los atajos, farsas y obligaciones de una vida impuesta por las circunstancias. Pero eso sería no aceptar el regalo de Thoreau en el día de su cumpleaños.”
            Os animo a que leáis “Walden la vida en los bosques” o “cartas a un buscador de si mismo”.
Pero mientras tanto he construido el METODO WALDEN para ayudaros a través de un nuevo running ,  lleno de comodines, a recuperar vuestros sueños. 

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