Mi ansiolítico contra la ansiedad.
No me deja decepcionarme, desesperarme ni lamentarme.
Es el diario de una “runner”, bueno de una “WaldenRunner”, porque lleva un seguimiento de mi progreso no sólo físico sino también personal.
Allí se cruzan mis salidas y mis ritmos con mis lesiones y mis tropiezos pero también se encuentran mis proyectos, mis ilusiones y mis miedos (mis “isis”)
Los vuelco tal como se presentan en mi mente, meros esbozos sin sentido, que, sin embargo, al pasar a tinta misteriosamente adquieren forma.
Las vivencias y las personas que me acompañan no aparecen, sólo existen planes, fantasías y disquisiciones sobre mis anhelos y mis frenos.
Las palabras se pasean libremente por sus páginas porque saben que nadie las va a juzgar, corregir ni tumbar, son solo hechos, sin juicios de valor.
Pasan los días, los meses y los años, pero el viento no puede borrar la huella impresa que narra mi camino, mi carrera. Es mi rastro.
Mi consuelo.
Esas noches de otoño que llego a casa agotada, estresada y acosada por pensamientos derrotistas, cojo mi diario, con desgana.
Lo abro al azar, dejando que el destino me oriente, recorro la página con mis dedos y leo. Siempre, siempre, sin excepción surge una sonrisa en mi cara. Descubro donde estaba y donde estoy. Mis miedos y frenos de entonces me hacen gracia, el ansiolítico comienza a hacer efecto.
La ansiedad y desesperación que el estrés y cansancio de la jornada provocaron se desvanece. Leer que los miedos de entonces jamás se materializaron, muchos de esos sueños imposibles hoy me rodean con naturalidad y se cumplieron sin mucho esfuerzo y otros se transformaron y crecieron.
Es mi memoria histórica de lo positivo, es mi recordatorio de que los nubarrones que nos acechan en nuestros momentos bajos no son más que eso, humo, sólo hay que coger un paraguas y atravesarlos, lentos pero seguros.
Los renglones torcidos de mis hojas se enderezaron casi solitos.
Hoy también lo harán y me duermo.
Demasiado a menudo olvidamos los logros y las conquistas que hemos hecho, esos ya no cuentan es pasado, los integramos y los borramos.
Nos obsesionamos por el futuro y por las posibles catástrofes desencadenando en nuestro interior ataques de ansiedad que acaban lastrando nuestra vida para nada.
La ansiedad es la enfermedad del siglo XXI, superando a la depresión. España es el país que más medicinas consume del mundo para amortiguar este estado.
Nuestra fuerza y confianza se encuentra en nuestros logros olvidados, si entonces lo conseguimos ahora también podremos. O si no lo hicimos y no pasó nada, ahora tampoco pasará.
El reciclaje
Este fin de semana ha venido de Londres mi hijo César. Periódicamente necesita venir a España a curarse de la intoxicación mental que le supone la vorágine de exigencias de ese país. Se recicla.
El sábado desayunábamos juntos otra vez (como tantas veces cuando vivía conmigo), mientras me exponía sus inquietudes frente a la taza de café con canela (y clavo, el mío):
“- Mamá a veces me dan ataques de ansiedad pensando en lo que haré dentro de dos años, entonces no consigo dormirme. Yo siempre he sido muy optimista pero ahora, rodeado de tantos retos que me encantan me asaltan dudas. Tengo la opción de irme a USA dentro de dos años pero “y si” mi novia no puede venirse? “Y si” el proyecto no es el que quiero? “Y si” el sitio no me gusta? “Y si” no consigo mis objetivos?….
“-César, le dije, la baraja que tienes ahora en la mano, tus cartas, no son las que tendrás entonces para resolver esa situación. Juega con las que tienes para resolver tus proyecto de hoy, que son más que suficientes, cuando lleguen esos dos años, o bien esa opción habrá desaparecido y habrá otra nueva, o bien no, pero entonces tus cartas serán diferentes, más sofisticadas y podrás enfrentarte al problema mucho más preparado, será pan comido.
-Escribe tus miedos y tus deseos en un diario, deja pasar el tiempo y dentro de dos años, cuando lo leas te reirás recordando cómo pudiste asustarte. Además, repasarlo te servirá de píldora protectora para no volver a tener “ansiedad” por el futuro.
“-Mañana Dios proveerá” porque Dios provee, no a través de fuegos artificiales, sino facilitándonos las herramientas para enfrentarnos a cada situación cuando llegue.
“Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación” (Walden la vida en los bosques” -Thoreau).
Mi proyecto ( el rastro de ese diario) fue llegar a vosotros a través del running para enseñaros a combatir la ansiedad, reducir la reactividad emocional y atreverse a soñar.
Yo aprendí recorriendo senderos a no rodear los problemas, sino a lidiar con ellos.
Ha sido mi forma de “hacer camino al andar”.
Un día mientras escuchaba mi silencio en el Monte del Pilar, pensé:
-“Si a mí me ha llenado tanto de valor y confianza, me ha dado esperanza, me ha enseñado a priorizar y sobre todo a renunciar aceptando humildemente mis limitaciones… a través de un sendero lleno de tormentas y huracanes, cuestas y zanjas; al resto del mundo también tiene que servirle para salir de esa silenciosa desesperación”
Seguí meditando:
-“Soy pequeña, o así me siento” y me vino un mensaje a mi mente: “Donde dos o más se reúnan en mi nombre ahí estaré yo” . -Justo, pensé, necesito a Raúl, yo sola no puedo.
Raúl y yo hemos recorrido nuestros caminos alumbrados por este running. Él corriendo hacia Oriente detrás de su sombra mientras contaba sus pasos; yo buscando respuestas como un peregrino.
Ambos queremos compartir esta filosofía.
Nuestras sesiones
Queremos saber cuáles han sido vuestros caminos, sin detalles, sólo sensaciones. Conocer vuestra ansiedad.
Nuestro primer consejo es “renuncia”.
Renuncia a llegar a todo, repasa las cartas que tiene tu baraja (un rey, un as de bastos, un cuatro, una reina) revisa tu nivel de prioridades, haz una escala y pon arriba aquello que no puedas descuidar, “tu pareja y tus hijos” por ejemplo.
A partir de ahí empieza a construir.
No hablamos de tirar la toalla, sino de renunciar a lo que va más allá.
Cuenta tus manos, tienes solo dos, cuenta tus dedos, diez.
Piensa en las combinaciones que puedes hacer con ellos y sólo con ellos, no trates de añadirles las manos de los demás y a partir de ahí empieza a construir tu camino.
Te darás cuenta que llegas a más porque los “isis” dejarán de lastrar tu progreso, irás ligero de equipaje.
Reduce tu nivel de autoexigencia para llegar más lejos.
Un cuento Oriental
“¿Cuánto tardaré en ser tan sabio como tú?
Un chico se fue de su casa para estudiar con un reputado maestro. Cuando conoció al viejo sabio, le preguntó: -¿Cuánto tardaré en ser tan sabio como tú? La respuesta no se hizo esperar:
-Cinco años.
-Eso es mucho tiempo,- replicó el muchacho. -¿Y si trabajo el doble?
-Entonces tardarás diez,- contestó el maestro.
A lo que el muchacho protestó:
-Eso es demasiado tiempo. ¿Y si estudio también por las noches?
-Quince años,- dijo el sabio.
-No lo comprendo,- replicó el chico. -Cada vez que prometo dedicar más energías, tú me dices que tardaré más en lograr mi objetivo. ¿Por qué?
-La respuesta es muy sencilla. Si tienes un ojo puesto en el destino que esperas alcanzar, sólo te queda otro para que te guíe en el viaje. Las recetas rápidas no funcionan. Todo cambio duradero requiere tiempo y esfuerzo.. Pero para llegar hasta ahí no tienes que obsesionarte por los resultados. Disfruta del proceso del crecimiento personal. Parece irónico, pero cuanto menos pienses en el resultado final, más rápido se producirá éste.
Robin Sharma
Nuestro proyecto.
Nos sugieren que intentemos llegar a todos prescindiendo del running.
Lo siento, contestamos, no podemos ir en contra de nuestros principios para llegar más lejos.
Creemos que solo a través del movimiento se puede llegar al cambio y con ello combatir esta enfermedad del siglo XXI, la ansiedad.
¿Por qué?
Porque el WaldenRunning (Meditación/Running/Armonia….) lleva aparejado un cambio estructural y psicobiológico en nuestro organismo. Nuestro cerebro se reconstruye.
Queremos llegar a vuestros corazones (un sueño) para que iniciéis ese proceso de transformación siendo sinceros en el proyecto, como mi diario lo ha sido para mi.
Que adquiráis unas armas nuevas, más sofisticadas, para combatir la reactividad emocional, el estrés, la sobredosis de exigencia y los problemas personales o profesionales.
Ese y solo ese es nuestro proyecto, no que nos lean millones de personas más.
Ojalá que con las pautas que escribimos en nuestra web podáis iniciarlo y conseguirlo solos, pero si no es así nos ofrecemos a ayudaros a través de nuestros talleres y sesiones.
Queremos ser fieles a nuestras creencias y únicamente el movimiento (caminar trotar andar) puede ayudaros en este proceso.
Si te apetece, no dejes de leer el post “Más Running y Menos Tranquimazil” que podrás encontrar en la sección “Noticias” de esta web.
Pilar Amian
Lead Trainer
Fundadora Método Walden