LA MIRADA EN EL HORIZONTE: EL JUEGO INTERIOR DEL RUNNING
A veces, en el rendimiento de los atletas sucede un instante mágico en el que, sin saber cómo, consiguen su mejor juego u obtienen su mejor marca.
Si les preguntaras qué hicieron diferente, no sabrían qué contestar, se perderían en explicaciones o dirían simplemente que «ocurrió sin más».
Y, efectivamente, esa es la explicación. Sucedió la «ejecución espontánea» porque su mente dejó de interferir y permitió que sus habilidades se expresaran sin límites. En ese instante, el atleta ha colgado su mente en un punto fijo, en un foco que la atrapa.
En la mayoría de los deportes, como el tenis, el foco está muy claro: es la pelota.
Timothy Gallwey explica de forma muy didáctica en su libro El juego interior del tenis cómo un buen tenista juega hipnotizado con los ojos, succionados por la pelota, y cómo su mente es una con lo que su cuerpo está ejecutando; es decir:
- Solo siente, ni piensa ni interfiere; está en calma.
- Deja hacer al subconsciente, que dirige la respuesta descubriendo caminos sorprendentes para superar los límites.
Si observas el juego de Rafa Nadal, recibes la impresión de que su mente tampoco piensa, sino que «ve, oye y siente la pelota».
El foco tiene tres efectos, dos de ellos ya los hemos visto en las fases anteriores:
- Secuestra la mente, evitando interferencias en el juego.
- Calma la mente, favoreciendo su colaboración en el juego.
- Informa al subconsciente, potenciando la aparición de los momentos extraordinarios en el juego.
¿Dónde está tu pelota en el runfulness?
El juego del runner es aparentemente más sencillo, no existen ni reglas, ni árbitros, ni trazos en el suelo, ni hay una pelota que devolver o encestar. Un runner puede trotar horas sin foco, distraído, dejando a la mente vagar de un lugar a otro.
No obstante, aquello que lo facilita se transforma en tu maldición porque estás abandonado a tu suerte «mental». Lo que ocupa tu mente en cada salida determina tu juego. Que traducido al running significa que, probablemente, siempre correrás, pero no siempre harás tu mejor «actuación»; salvo que explotes los beneficios de la pelota empoderante.
El método Walden adapta esa pelota a la realidad del running, con el objetivo de que tus ojos sean succionados también por un foco como los de Rafa Nadal.
Allí donde diriges tu mirada, está tu foco; y donde pones tu foco, llega la flecha, tus piernas.
¿Dónde puedes dirigir tu mirada?
1.- Al suelo (opción más frecuente):
- Tus ojos envían al cerebro imágenes de obstáculos, como cuestas, raíces y o los milímetros de suelo.
- Tu camino se hace interminable y sientes el cuerpo arrastrándose lentamente como una serpiente.
- Tus compañeros de duelo son los bichos, como las chicharras, las cucarachas, las hormigas, las lagartijas y las víboras.
- Correrás fuera de la cancha: Out.
2. Al horizonte (opción pelota empoderante):
- Tus ojos envían al cerebro imágenes de apoyo, como las nubes, el cielo, las copas de los árboles, la luz de las farolas o las aves del firmamento.
- El cielo está quieto, sientes que el tiempo se detiene y avanzas sin esfuerzo.
- Tus compañeros de viaje vuelan.
- Correrás dentro de la cancha: In.
¿Cómo cuelgas la mirada?
- Secuestra la mente mirando al horizonte. Trota hipnotizado, concentrado en analizar con curiosidad los detalles de las nubes, de las farolas, de los tejados o de las copas de los árboles.
- Siente tan solo la postura, no la fuerces; persigue y detecta tus sensaciones.
- Deja hacer al subconsciente con la información que le suministra el horizonte, permite que te sorprenda y experimenta hasta donde llegan tus habilidades, no hasta donde te dirige ese día tu mente.
Pilar Amian
Fundadora del Runfulness
Método Walden para el Running.
FUENTE: El libro “RUNFULNESS transforma tu Running con el Método Walden”
A la venta en Amazon (FASE IV, página 168)
