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Nos hacemos expertos en aquello que entrenamos.
Hoy nos pasaba Ana Isabel Delgado Cánovas  (directora H2O Organizaciones y Personas) una de nuestras más queridas Walden Runners, un video fantástico haciendo referencia a la lista de cosas que entrenábamos diariamente.
Os voy a hacer un repaso de todas aquellas cosas en las que tal vez jamás habéis pensado y tal vez estéis entrenando en exceso :

Vaya, parece que nos estamos haciendo expertos en unas actividades que no nos aportan nada positivo. Si nos pasamos el día entrenando nuestra capacidad de quejarnos acabaremos con el doctorado en la materia.

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¿Y si empezáramos a entrenar otras actitudes?

Probar un tiempo a entrenar el sentido de la vista. Iréis descubriendo pequeños detalles, objetos, señales y mensajes decorados con una belleza especial y en los que jamás habíais reparado. Observar a vuestros familiares, romper la rutina que tenéis establecida al acercaros a ellos; guardar la lupa de aumento detectora de defectos y abrid bien los ojos. Descubriréis detalles de su expresión que son reflejo de su alma, os tropezaréis con sus corazones.

Al principio os resultará difícil, como toda actividad en la que nos iniciamos, pero poco a poco os haréis unos expertos. Os garantizo que merece la pena intentarlo.

Además del video, Ana Isabel,  incluía uno de sus muchos textos motivadores: “…..Esta semana en el entreno Walden Running con Pilar y Raúl, hablábamos de que aquello en lo que practicamos y entrenamos nos vuelve expertos y que para considerarnos expertos en algo debemos practicarlo durante 10.000 horas en nuestra vida… (Malcolm Gladwell “Outliers. The story of success”). La mielina es una sustancia que recubre los axones de las neuronas y que nos indica que cada vez que practicamos, el nivel de mielina aumenta, con lo cual más rápido funciona la información. Cada vez que tú prácticas, lo conviertes en un piloto automático, lo memorizas, lo prácticas, hay más mielina y como consecuencia más desarrollo cerebral, de ahí el poder llegar a ser un experto o genio en lo que prácticas.” Gracias Ana por tan maravillosa información como siempre.

Son demasiadas horas para mí, por eso os voy a enseñar unos trucos para atajar en el recorrido y hacer crecer vuestra mielina. Yo siempre he sido una impaciente. 

Los trucos los hemosaprendido con el Walden Running.

Correr con la Mente Activa nos ha enseñado a entrenar de otra manera. Nos ha desvelado aquello que estábamos haciendo mal en nuestro movimiento y por analogía en nuestras vidas personales. 

Nuestras vidas son similares a las vuestras, no somos deportistas olímpicos, ni kenyatas que podamos estar en Item (Kenya) todo el día entrenando sin parar. Nuestra vida es la familia, el trabajo, los amigos, nuestros proyectos y en medio de esa vorágine hacemos el hueco para el Walden Running. 

No tenemos diez mil horas libres para grabar nuestros hábitos en nuestro cerebro, por eso en vez de cantidad les aplicamos calidad a las pocas horas en las que la montaña rusa de nuestra vida se detiene.

¿Cómo entrenamos? 
Los profesores o instructores nos aleccionan únicamente sobre el acto físico que debemos hacer para lograr un objetivo. Nos dicen: debes estudiar 5 horas diarias para sacar esta carrera, debes hacer 60 repeticiones de sentadillas o debes salir cuatro días a la semana a correr; incluso los terapeutas nos indican que debemos sonreír más, reaccionar menos etc. Algunos nos indican la técnica para desempeñarlas pero sólo se ocupan del cuerpo.

Siempre he sospechado que  los fuera de serie, hacen algo diferente más allá de echarle horas a la hazaña. Algunos serán prodigios de la naturaleza, vale, lo acepto, pero no todos, muchos de ellos seguro que son tan vulgares como yo. 

Un día, hace ya muchos años, Oscar Almira, un amigo de mi hijo César, a quien siempre he considerado un fuera de serie, me lo confesaba:


Hay trucos mentales que te enseñan cómo hacer multiplicaciones y raíces cuadradas de varias cifras con la mente o cómo leer cinco libros en diez minutos ;-)”

La mente y la respiración.
​Ellos puentean las horas de entrenamiento, reducen la sensación de esfuerzo y aceleran el resultado grabando a sangre y fuego el hábito en la mielina de nuestro cerebro.

1º)  La respiración

    Te sitúa en el momento, el “ahora” haciendo que reboten todos los pensamientos negativos sobre el pasado y amenaza del futuro.

Dividid siempre cualquier esfuerzo físico en  dos fases: a) La inspiración: – fase fácil, por ejemplo al hacer flexiones, el momento en que me dejo caer hacia el suelo;  b) La espiración: – fase de esfuerzo, en el ejemplo anterior cuando te impulsas hacia arriba. 

Hago lo mismo en el running: corro en dos momentos: 

Os invito a probarlo.

Barres con el oxígeno la hormona del estrés que circula por la sangre: el cortisol. Esta hormona boicotea tu capacidad de discernir con claridad y te sumerge en un estado de alarma continuo listo para detectar únicamente elementos agresores.
El hábito se grabará con sangre en la mielina

 2º)  La mente
¿Dónde pongo mi mente cuando entreno? ¿Qué hago con ella, la dejo vagar libremente o la distraigo con música? 
Si quieres que tu mente actúe como una lupa debajo del sol, cógela enfoca aquello que estás realizando, saldrá fuego. 
Dirige tu intención al entrenar el esfuerzo a la parte de tu cuerpo que no se está moviendo, aquella que mantiene el equilibrio. Si estoy trotando, llévala al pie que queda en el suelo, así éste se relaja y controla mejor mi desplazamiento. Si estoy haciendo sentadillas, céntrate en tus brazos extendidos. Si estoy discutiendo con alguien focaliza tu mirada en su expresión.
Fija la mente.

El hábito se grabará con fuego en la mielina 

Probad en una discusión como funciona, aunque esto ya lo decían nuestras abuelas:

Comprobaréis como las respuestas que daréis son menos violentas, en el mismo idioma y mucho más creativas y conciliadoras. 

Volviendo a las 10.000 horas de entrenamiento.
Hoy, puesto que la semana pasada he ido un poco justa en el entrenamiento, he decido inyectar a mi mielina un entrenamiento de calidad. El escalón de esta madrugada lo he fabricado con sangre y fuego. 
Dejo sólo a mi espíritu para dirigir el movimiento, cero calorías de apoyo, última ingesta ayer a las dos de la tarde. 

Majadahonda, 6 de la madrugada, Enrique, nuestro corre caminos, me espera en la puerta de mi casa. Es la estrella del grupo, con sus 56 años, sus tiempos son de 1:35 en un 10.  Correr a su lado es un auténtico reto, perfecto para mi experimento de hoy.
Salimos hacia Las Rozas y al primer kilómetro ya me estoy quitando la ropa. Madrugada plagada de estrellas, un frío intenso y apenas hay coches. Susurro a mi RunnerMate:​​
Henry, hoy no hablo; hoy me voy a dedicar a correr pensando en mi, sólo en mi.”  Me concentro en mis pensamientos: Tengo que transformar mi entrenamiento
Entorno los ojos y empiezo a dividir mi respiración en dos fases. A cada fase le adjudico un mantra  referido a mis proyectos personales o profesionales. Estoy sola ante el universo, es el mejor momento para proyectar tus deseos (Cuando realmente deseas algo todo el universo conspira para que lo consigas. Paolo Coelho)
La respiración consiguió el efecto frontón:  los pensamientos negativos rebotan.

Vamos con la mente.
La fijo, elijo a mi animal favorito: el águila. Mis ojos se hacen pequeños y mi visión adquiere sus cualidades: larga, fija e intensa. Siento mi cabeza redonda, pequeña y blanca.
Despliego mis alas y planeo, mis pies apenas rozan el suelo, mientras mi cuerpo va sorteando las nubes. Majadahonda, la Gran Vía, el Monte del Pilar quedaron lejos, muy lejos.
La mente consiguió el efecto lupa: sale fuego de mi movimiento.

Henry sigue mis pasos, va detrás, quiero creer que hoy he sido yo la liebre, aunque me temo que  ha vuelto a ser un caballero. Apago el Garmin, he bajado de 5!!!!!!! Siete años atrás, cuando entrenaba metódicamente, tenía esa marca. 
Hoy, gracias a los trucos del Walden Running, he rejuvenecido esos años 
El desayuno mejor no lo cuento.

Pilar Amián
Life Trainer del Método Walden

Próximo taller On The Road,  27 de enero 2018
Repetiremos el vuelo del águila.

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