
Nos contaba el Padre Borja Coello de Portugal en el taller de WaldenRunning del sábado pasado, a beneficio de la Fundación María Ayuda, que la Meditación hunde sus raíces también en Occidente. Los cristianos de antaño la practicaban a menudo, teniendo bonitos ejemplos en Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. En un momento dado, sin embargo, quedó relegada a los conventos.
Muchos siglos después, por sus efectos físicos y psicobiológicos, unos científicos americanos la rescataron.
¿Qué es Meditar?
El hecho mecánico de meditar consiste en focalizar el lado izquierdo del cerebro en un objeto concreto de modo que queda libre el lado derecho para actuar sin interferencias.
Este objeto focal pueden ser muchas cosas, por ejemplo: la respiración, la llama de una vela, el “ommmmm” o rezar.
Los neurólogos han relacionado este lado izquierdo con los cálculos matemáticas, la lógica y el lenguaje; adjudicándole, a su vez, los pensamientos sobre el pasado y el futuro. Es el lado racional.
El lado derecho por otro lado, explican que es holístico, creativo, artístico, le interesan las formas, el todo, los sueños y los pensamientos sobre el presente. Es el lado emocional.
Ambos son importantes.
Nuestra cabeza está bombardeada continuamente por pensamientos catastróficos sobre el futuro y por juicios negativos sobre el pasado. Este ruido incesante no nos deja ver el “presente” con claridad, incapacitándonos para encontrar soluciones a los problemas que nos acucian o de admirar la belleza que nos rodea.
Siguiendo la dicotomía anterior entre lado izquierdo y derecho, llegamos a la conclusión siguiente: Focalizando la mente en la respiración, estos pensamientos sobre el pasado y el futuro se descargan de energía, al ignorarlos, -no es que desaparezcan,- y resucita nuestro potencial resolutivo y creativo. Vemos el presente de una forma nueva.
Me recuerda este hecho, al cuarto de llorar al que mandábamos a mi hermana Carmen Amián, la pequeña, cuando nos fastidiaba con sus rabietas. A los cinco minutos se callaba y salía tranquila desmotivada por la falta de atención.
¿Por qué occidente rescató esta práctica? Beneficios psico-biológicos de Meditar.
Hasta hace muy pocos años se creía que nacíamos con un número determinado de neuronas que se iban muriendo conforme envejecíamos sin posibilidad alguna de regeneración. Este hecho me venía de perlas para advertir a mis hijos de que si fumaban o bebían se quedarían más tontos que sus amigos. Ahora ya no sirve.
Joseph Altman, en los años 60, descubrió la neurogénesis (regeneración de las neuronas cerebrales) en un estudio con mamíferos adultos y nadie le hizo caso. Sugería el norteamericano que las nuevas neuronas desempeñan un papel crucial en los procesos de la memoria y el aprendizaje. Este descubrimiento apoyaba el concepto de plasticidad cerebral. Lo realizó en el Massachussets Institute of Technology hace medio siglo y hasta los años 90 no fue realmente aceptada la veracidad de su teoría, ahora premiada
En la última década, varios científicos, entre ellos el Dr. Richard J. Davidson, neurocientífico y profesor de psicología y psiquiatría en la universidad de Wisconsin–Madison, se interesaron por los beneficios de la meditación en este proceso y demostraron lo siguiente:
a) Refuerza el sistema inmunológico. Aumenta el número de las células NK (natural killers) en el organismo.
b) Disminuye el nivel de tóxicos en la sangre. Control del estrés
c) Potencia la capacidad creativa.
d) Crea nuevas sinápsis o conexiones entre las neuronas: Neurogénesis.
Fue sólo entonces cuando se desvinculó de su contenido espiritual y Occidente decidió adoptar la Meditación, denominando Mindfulness a una de sus prácticas .
La Meditación Católica versus la Meditación Oriental
El objetivo de la meditación Oriental es crecer espiritualmente a través de su práctica.
Es necesario el aislamiento del ruido y del mundo para lograr el éxito.
Este proceso nos convierte en mejores personas.
El objetivo de la meditación Católica es hablar con Dios, sin ningún objetivo de crecimiento.
Su planteamiento es que nosotros solos no podemos mejorar porque tenemos demasiados límites, solo la gracia de Dios a la que nos abandonamos nos transforma.
El pasado no nos preocupa, pertenece a la misericordia divina y el futuro a la providencia.
Este proceso nos vacía y libera el lastre de nuestras culpas que llevábamos cargando sobre los hombros.
Debemos confiar ciegamente en que El perdona siempre y dirigirá nuestros pasos.
El abandono elimina los miedos.
La Meditación Oriental no es incompatible con la Católica, es una filosofía de vida.
El mecanismo empleado para meditar es el mismo.
1º. Buscamos un lugar tranquilo y sin mucho ruido. Con el tiempo deberíamos ser capaces de meditar en cualquier sitio. Entramos en el cuarto cerrado de nuestro mundo interior.
2º.- Adoptamos una postura cómoda, pero no demasiado para no dormirnos.
3º.- Empezamos a respirar de forma pausada y consciente.
4º.- Los pensamientos nos asaltaran pero los dejamos ir, lo importante es no detenerse en ellos.
5º.- Las tentaciones nos acosaran. Estas pueden ser: “Qué estoy haciendo aquí? Estoy perdiendo el tiempo, ¿Debo ir a hacer la compra? Estoy incómodo y me pica la cara.
6º.- Previamente a este proceso, seleccionamos una palabra gancho, para combatir las tentaciones. Debe ser cortita para que la podamos coordinar con la respiración. Si está haciendo la Meditación Católica el Padre Borja nos propone las suyas: “Jesús”, “amor”. En hipnosis se llama “anclaje.” En el momento en que observamos que nos hemos perdido decimos “Jesús” y volvemos a la meditación.
7º.- Y por último, introducimos la magia. Escogemos una escena bucólica para fijar nuestro lado izquierdo en ella. Puede ser el sol, o, volviendo a las del padre Borja, Jesús orando en el Monte de los Olivos y nosotros adorándolo.
La Meditación en el Walden Running: #Runfulness
Queremos, con el Proyecto Walden, que nuestro running sea un diez en uno.
Yo no tengo tiempo para Meditar. Me levanto a las 6:00, salgo a correr, vuelvo a casa me cambió, tengo que preparar un desayuno sano cuya elaboración me lleva unos treinta minutos. Previamente me he tomado el agua templada con jengibre y limón.
A las 8:30 cojo el autobús hacia Madrid para trabajar hasta las 7 de la tarde. Llegó a casa a las 8……Entre huecos voy al super y realizo la lista de encargos pendientes. En fin, en algún lado encajan mis hijos, lecturas, cursos….
Sólo el hecho de escribir esto ya me está estresando.
Si encima tengo que meditar 20 minutos cada día….
Pero quiero meditar, quiero correr, quiero aprender a relajarme, quiero controlar el estrés, quiero reforzar mi sistema inmunológico y hacer mil cosas más.
¿Cómo lo hago?
Corriendo de forma que me aporte todos aquellos beneficios, haciendo Walden Running.
Hace varios años, antes de que surgiera el Proyecto Walden, me leí el libro de Haruki Murakami “De que hablo cuando hablo de correr”.
Hoja tras hoja avanzada ilusionada con la esperanza de encontrar la respuesta a qué colocar en mi cabeza mientras trotaba. ¿En que ocupaba su mente Haruki, que pensamientos proyectaba?
Me decepcionó en ese sentido: oía música para distraerse. Terminé el libro sin respuesta.
No obstante me encantó su lectura aportándome otros beneficios que no buscaba.
El truco, descubrí un año después, estaba en Meditar: focalizar la mente mientras corremos.
La fijamos en un objeto, en este caso: la respiración.
Los pensamientos sobre el pasado y el futuro se descargan de “energía”, y resucita nuestro potencial resolutivo y creativo. Vemos el presente de una forma nueva.
El proceso es el mismo de la Meditación con unas ligeras variables:
– Buscamos un lugar tranquilo: el silencio del runner.
– Nos colocamos en una postura relajada: la Postura Walden.
– Respiramos de forma pausada y consciente: Active Mental Running.
– Las tentaciones nos acosaran. Son los “Isis” que se van descargando de energía con el movimiento.
– Elegimos una frase clave: Un mantra que acompasamos con la misma cadencia que nuestra respiración.
– E introducimos la magia, seleccionamos una imagen para fijar nuestro lado izquierdo en ella. Es muy personal, en mi caso, como ya he escrito muchas veces, corro imaginando que soy un águila volando sobre las nubes con la vista mirando al sol (o a Dios)
El Running aporta otro beneficio neuronal diferente a la Meditación: se crean nuevas neuronas en el hipocampo, que es el centro del cerebro donde se encuentra la memoria, la capacidad de aprendizaje y de experimentar felicidad.
El Walden Running suma ambos, los de la Meditación y los del Running
Copio esta cita de un Artículo: The New York Times que publiqué en mi blog, “Meditation Plus Running by
Gretchen Reynolds (nyt):
“Meditating before running could change the brain in ways that are more beneficial for mental health than practicing either of those activities alone…
…As many people know from experience, depression is characterized in part by an inability to stop dwelling on gloomy thoughts and unhappy memories from the past. Researchers suspect that this thinking pattern, known as rumination, may involve two areas of the brain in particular: the prefrontal cortex, a part of the brain that helps to control attention and focus, and the hippocampus, which is critical for learning and memory. In some studies, people with severe depression have been found to have a smaller hippocampus than people who are not depressed.
Interestingly, meditation and exercise affect those same portions of the brain, although in varying ways. In brain-scan studies, people who are long-term meditators, for instance, generally display different patterns of brain-cell communication in their prefrontal cortex during cognitive tests than people who don’t meditate. Those differences are believed to indicate that the meditators possess a more honed ability to focus and concentrate.”
En resumen, si sumamos la Meditación al Running, Walden Running, obtenemos el diez en uno.
Puedo meditar, correr, relajarme, controlar el estrés, reforzar mi sistema inmunológico e incluso, para aquellos creyentes como yo, encontrarme con Dios empleando tan sólo mi momento de silencio en el Monte del Pilar de mi Majadahonda querida.
Pilar Amián
Fundadora del Proyecto Walden
pamian@metodowalden.com
www.metodowalden.com