No me gustan las instrucciones me cuesta reproducirlas, quizás porque no tengo visión geométrica o espacial. “Corre con el cuerpo derecho”.
Hoy entiendo porque no conseguía que mi hijo César caminara erguido a pesar de repetirle mil veces que “se pusiera derecho”. Me solía contestar: “¡Pero mamá si estoy super derecho!”. El error fue que no le proporcioné la información precisa para que ajustara su postura.
¿Qué es correr derecho?
Reproducir la imagen de tu “Yo Derecho”. Esa reproducción probablemente no coincide con la versión real de “estar erguido”.
Al cerebro le cuesta interpretar correcciones posturales a través de palabras técnicas y números. Sin embargo, los runners estamos obsesionados con ellas y medimos cada detalle de nuestra técnica: La inclinación del tronco, la flexión del brazo, el tiempo de rebote, la longitud de la zancada etc. Tanta instrucción estresa tu movimiento y corres el riesgo de lesionarte.
¿Cómo corriges tu postura sin estrés?
Esos datos son interesantes para comprobar, a posteriori, tu progreso, pero durante la carrera la mente sólo puede procesar una orden. Por el contrario, tu subconsciente si puede reproducir mil sensaciones sin esfuerzo.
Busca “SENSACIONES”, en lugar de memorizar recetas.
Mi hijo trataba de enderezar la columna, elevando el pecho y echando los hombros hacia atrás. Realizaba el ajuste desde los hombros y por ello arqueaba la columna hacia el lado opuesto que pretendía corregir, forzaba las cervicales y machacaba más las rodillas.
Persigue sensaciones:
- Realiza el ajuste desde el centro.
Adelanta levemente el centro y el eje central se enderezará solito. - Conecta la mente con la sensación.
Amplifica la sensación con la presión de las manos. Muéstrale a tu cerebro con las manos dónde haces la corrección. El tacto tiene una autopista especial de acceso a la memoria neuronal más directa que las palabras. - Desarrollo.
Trota 5 minutos con las manos sobre los glúteos.
Siente cómo la presión provoca un ligero adelantamiento de la pelvis
Analiza cómo el core es succionado hacia delante
Detecta cómo el impacto salta de la planta del pie al core.
Conecta con la sensación, vívela y disfrútala con curiosidad.
Retira las manos y sigue trotando mientras visualizas tus manos en los glúteos
Conecta la Respiración a la sensación al inspirar.
Y si te animas, acompaña tu entrenamiento con la sonata “Claro de Luna” de Beethoven. Cada vez que inhalas proyecta las manos empujándote desde atrás mientras las notas acarician tu cerebro.
La autopista a tus neuronas se transforma en un circuito de fórmula uno.
