Aging:  “As we get older, most of us get slower. But aging athletes may be able to stave off those changes more successfully than most people realice”. (How Athletes Can Stay ‘Fast After 50’ By  KATHLEEN A. HUGHES Wall Street Journal)

Cumplir años, la madurez, en el siglo XXI no lleva inexorablemente aparejada la “ralentización” física y/o mental. Si quieres agarrarte a esa excusa, adelante, pero perderás la oportunidad de disfrutar al máximo de tus próximos treinta años o más de vida.
Son muchos, demasiados.
Hoy he vuelto a competir tras 4 años de parón en la Carrera de la Ciencia, 46:11, cuatro años más, dos minutos menos. (2014: 48:02).
Estos últimos los he dedicado a enseñar el Método Walden para el Running.  He cambiado mis tiradas largas de los sábados por los talleres y mis series, fartleks y ritmos de los jueves por las salidas con del grupo.
Estaba segura de que los años y la falta de entrenamiento de calidad no me dejarían bajar de 50, pero quería testar el Runfulness bajo mínimos. 
“Nuestro margen de mejora no lo llegamos a alcanzar los corredores populares, el declive no se produce realmente hasta los 70.” Indica el artículo arriba relacionado
El Método Walden insiste en que el secreto no está en machacarse sino en:
A) Entrenar con cabeza:
1º.- Más días de descanso. 
Los años no aminoran necesariamente, pero si requieren más periodos de recuperación.  Mientras paramos los músculos se construyen y reparan.
2º.- Añadir entrenamientos cortos con cambios de ritmos.
3º. Aumentar la ingesta de proteínas.
A partir de los 45 asimilamos peor las proteínas y éstas son necesarias para la generación de masa muscular.
B) Correr con la mente: Runfulness
4º.- Usar la Respiración.
 La Respiración es nuestra barrita energética con una doble utilidad: 
– Marca nuestro ritmo máximo sin desfondarnos. 
– Aísla los pensamientos que nos desfondan. 
Los tres primeros te ayudarán a largo plazo, el último te rescatará desde el primer segundo.

Hoy, consciente de ello, con la mandíbula desencajada he bebido el aire a raudales como si en un caluroso día de verano me ofreciera el cielo un torrente de agua fresca ( o de cerveza helada 😉 ) . 

Pilar Amián
Fundadora del Método Walden

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