El ordenador central (cerebro) que da las instrucciones al cuerpo para colocarse en la postura adecuada, tanto para andar como para correr, recibe las señales de la planta del pie.
Ahí están los sensores de posición, pero los tenemos FUNDIDOS.
         Tenemos que recuperar este canal de comunicación DIRECTA perdido.
         ¿Por qué están fundidos?
Los tacones, las zapatillas con demasiada amortiguación, las chanclas y en resumen el calzado que usamos desconecta la planta del pie del suelo. Hemos perdido las sensaciones. Hemos cortado los cables. Caminamos:
a)   Tirando hacia arriba del empeine
b)  Contrayendo o agarrotando los pies al posarlos en el suelo
c)   O ignorando el pie.
 Empleamos las piernas y las rodillas para avanzar y dejamos a la providencia el modo en que desciende el pie. “QUE SEA LO QUE DIOS QUIERA.”
         Por ello dios (que nos ha construido como máquinas perfectas de ingeniería) deja que nos torzamos un tobillo, lesionemos el menisco, o nos acaben doliendo hasta los cabellos del pelo. 😉
         “Te he dado dos pies con radares en las plantas para que los uses!!!!!!!
         Es como si quisiéramos comer con los pies, sería un auténtico desastre.

LA PLANTA DEL PIE ACARICIA EL SUELO.
        Vamos a desempolvar el libro de instrucciones que trajimos debajo del brazo al nacer o, si lo hemos borrado (“pulsamos la tecla Delete”) del ordenador central, miremos el de nuestros hijos.

CORRER COMO NIÑOS.
         El suelo se desliza simplemente debajo de sus pies.
La corteza terrestre es arrastrada hacia atrás por su planta, se desliza como si fuera la cinta de la máquina de correr del gimnasio.
         Mi “intención” nunca será alcanzar al árbol o al semáforo que está a 200 metros, sino traerlos a mí; es como si la superficie de la tierra debajo de mis pies fuese una alfombra de la que tiro para que me acerque mi objetivo
Esta es la DIFERENCIA entre PATEAR el asfalto y ACARIARLO.
Nuestra imagen al trotar debe parecerse a la de un perro haciendo un hoyo en el suelo, excavando y lanzando toda la tierra detrás de su cuerpo.
Este simple gesto descarga nuestras piernas y libera a nuestras rodillas y caderas del impacto que supone patear el asfalto.
         Mi objetivo no es buscar petróleo.
         No es machacar el suelo como si fuera un tío vivo, arriba y abajo
         ES DEJARME LLEVAR,  inclino ligeramente mi cuerpo desde los tobillos.
Levanto los TOBILLOS hacia atrás (como los perros) y acaricio suavemente el suelo, esperarando a que este venga a mí.

RESTABLECEMOS LA CONEXIÓN CEREBRO/ PLANTA DEL PIE

Puesta a punto del coche.
REVISAMOS LA PLANTA DEL PIE.

Estiramos los pies levantando los dedos hacia arriba.
Extendemos la planta
Hay que aumentar al máximo la superficie de contacto con el suelo para conseguir:
–         Arrastrar más tierra hacia atrás. (La pala será más grande )
–         Mayor estabilidad (imaginemos que estamos sobre una tabla en el agua mientras las olas la agitan, mantendremos el equilibrio mejor si nuestros pies descalzos se extienden a tope)
Al correr, el suelo también se mueve bajo nuestros pies, como el mar.
Reproduzcamos esa postura. EXTRA.- “las rodillas están flexionadas, sino me caigo.

COMPROBAMOS EL DEPÓSITO Y LA INYECCIÓN  DE GASOLINA

Ahora hay que METER LA PRIMERA

Antes pruebo a ver si funcionan bien las marchas, el depósito de gasolina está lleno y ésta fluye sin obstruirse
            Me sitúo sobre el suelo, descalz@, con la postura perfecta
         Son CUATRO PASOS. Los mismos que al RESPIRAR.      
         Inspiro-pausa-expiro-pausa.

         1º.- INSPIRO.- Levanto la rodilla a la vez que inyecto gasolina y extiendo la planta del pie
         2º.- PAUSA. Mantengo la rodilla elevada y mentalmente preparo la planta del pie. Pequeña apnea, mientras el BAZO distribuye el oxígeno por el cuerpo. La mente chequea si la gasolina fluye.

         3º.- EXPIRO. Dejo caer la planta del pie suavemente con todos los dedos extendidos, incluso levantados dirigiéndolos hacia arriba como si se quisieran separar del antepie.

4º. PAUSA.-  Reviso mi postura, mis piernas flexionadas se preparan para el despegue.

          No tengo prisa, mis movimientos son suaves y controlados. La respiración me marca el ritmo.

PASADA LA ITV

Recuperado el recuerdo de que existe la planta del pie, restablecida la conexión, recuerdo lo que es acariciar el suelo y la importancia de combinar la respiración con el movimiento para mantener el equilibrio.

SALGO A CORRER  

Me concentro en extender la planta del pie, -inhalo;  la deposito en el suelo -exhalo.  La pausa (unas milésimas de segundo) entre ambos la utilizo para frenar mentalmente el descenso de la pisada.
         NO MACHACO, ARRASTRO.

CONTROL CONSCIENTE DE LA RESPIRACIÓN
Es el proceso de INYECCIÓN.
El ritmo de la respiración es la mano que sujeta las marchas, decide si voy a meter la primera, si paso a la segunda y a la tercera o si me detengo un rato en esa posición. Decide la velocidad de mis pasos.
Mando yo Manda mi intención
El AURIGA y el caballo.
El auriga soy yo y mando y decido el ritmo del caballo que es la respiración.
Cuando estamos cansados el aire entra y sale a su antojo, pierdo el control de la misma y me fatigo. El caballo se desfonda.
         Vuelve a coger las riendas, modula la entrada de la gasolina con una cadencia adecuada.  Inhalo en tres exhalo en tres.
         Si no llegas es que vas demasiado rápido. Reduce el ritmo, recupera el control del caballo. Dosifica la gasolina, ve inhalándola en tres y echando los residuos en tres
Recuperado el control puedes volver a sacar el látigo y meterle caña

PIES PARA QUE OS QUIERO!!!

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