Nuestra percepción de la realidad está siempre alterada, no es ecuánime con lo que realmente aconteció, el desenlace final determina si lo catalogaremos como bueno o malo.
Nuestra percepción de la felicidad se rige por las mismas pautas, jamás coincide la que anticipamos, con la que vivimos ni con la que recordamos.
Alterando mis finales lograré no derrotarme en mis proyectos y poder persistir en ellos.
Os voy a contar un experimento curioso que se hizo hace uno años en un hospital de Canadá para ver si se podía alterar el recuerdo:
“Hasta hace poco las colonoscopias se hacían sin anestesia. Los médicos comprobaban que no conseguían que la población de riesgo las repitiera con la frecuencia necesaria por ello.
Decidieron hacer la prueba de cambiar el final. Es decir extendían la duración de la colonoscopia 5 minutos más pero con la diferencia de que los dejaban simplemente tumbados sin hurgar haciéndoles creer que todavía estaban con la prueba.
Los pacientes al ser interrogados sobre la molestia de la colonoscopia recordaban principalmente esa última parte y contestaban: “bueno un poco desagradable pero no fue para tanto”.
Mientras que al preguntar a los que no se les había alargado esos 5 minutos, respondían que fue terrible, insoportable. El dolor había sido el mismo pero alterar este pequeño detalle elevó el número de repeticiones de esta prueba.
Si cambiemos nuestros finales también en nuestro Running:
El Método Walden, insistiendo en el entrenamiento mental sugiere que programéis las salidas:
a) SERIES: Las últimas serán siempre más ligeras. Si haces 3 de mil, terminar con un 300.
b) TIRADA LARGA: Importante parar antes de agotarse, “podría haber hecho más”.
c) En solitario: Si vais con el GPS apagarlo antes de terminar la carrera y dejaros una parte para trote ligero.
d) Recorrido: Tratar de buscar uno que termine cuesta abajo, dejad las subidas para el “medio-centro”. 😉
Y aprovechando el tirón, sugiero pautas de vida:
a) Si estoy teniendo una discusión acalorada con un amigo, hijo o compañero de trabajo, cerraré la conversación con una broma o una sonrisa, para no guardarle rencor o poder volver a retomarla con ganas.
b) Si estoy estudiando algo complicado o realizando un trabajo duro, cerraré el día con la parte más amena sino me costará Dios y ayuda volver a sentarme..
Porque los finales si importan, ven a vernos a Walden.
Próximo Taller 25 de mayo, en Majadahonda
Pilar Amián
Inscripciones
pamian@metodowalden.com