Reto número 1: ¿Y si apagas la mente y corres con el fuego interno?

“Un día trotando comprobé que trasladaba mi cuerpo en punto muerto y por eso pesaba tanto. Sentía como si empujara todos mis kilos desde el maletero con el motor apagado, es decir, mi cuerpo era un peso muerto. Me paré en seco y corregí la postura. Desplacé mi “yo” al asiento delantero, llené el depósito de gasolina (oxígeno), sujeté con fuerza el volante (core) y encendí el motor. Mis piernas aceleraron sin esfuerzo.”

El paisaje, la farola, el calor, el frío, el viento, la música, la presión de la ropa, la danza del móvil en la cintura (o el brazo) …

Nuestros sentidos saturan al cerebro con la sobredosis de información que recibimos del exterior y lo inhabilita para localizar dónde está la energía que necesita tu running.

¿Y si cierras los ojos y miras dentro?

¿Y si conectas el Sexto Sentido y dejas que te sature con su información sobre tu potencia?

El exterior te proporciona sólo datos sobre el mundo y desconcierta a tu estado anímico. Tú necesitas información real sobre tus posibilidades, sobre tu estado físico y sobre tu capacidad de generar energía.

Tu motor y el fuego para ponerlo en marcha están dentro de ti.

Confía sólo en ellos.

Conecta el Sexto Sentido (el sentido interno) y deja que tus piernas te sorprendan.

ANTES DE COMENZAR:

  • Aprende a localizar la energía dentro de ti.
  • Cierra los ojos.
  1. Eleva muy despacio una pierna mientras piensas en el core.
  2. Cambia y eleva la otra.
  3. Gira y vuelve a empezar.
  • Incorpora la respiración al ejercicio y continúa con los ojos cerrados.
  1. Tensa el abdomen al inhalar y relájalo al exhalar.
  2. Ahora repite pero contando hasta quince: 1 (inhala y tensa) 2 (exhala y relaja), 3 (inhala y tensa)…

TRASLÁDALO A LA CARRERA:

  • Apaga la Mente
  • Amortiza la única vía de acceso al motor interno: la respiración.
  1. Inhalación: Enciende el motor llevando calor en tres momentos al abdomen.
  2. Exhalación: Ajusta el core (o aprieta los glúteos) 😊 y dispara.