Reto número 1:

EL UN, DOS, TRES DEL RUNFULNESS.

Me calzo las FiveFingers, abro la puerta y me dirijo a mi Monte, a los 3 kilómetros siento el cuerpo como un globo aerostático cargado de sacos de arena. “¿Qué me pasa? ¿Vuelvo a casa?, me falta energía, ¿quizás no cené bien o vuelvo a tener anemia?”. La maraña de pensamientos, que acucia mi mente analizando el pasado y vaticinando un terrible futuro, bloquea mi running.  ¿Es real o imaginario el agotamiento? Mis experiencias del pasado han construido la creencia de que mi organismo es débil.

 

Si tu mente está agitada con deliberaciones ¿cómo va a ser tu cómplice en la carrera?

Si deseas que un amigo te eche una mano ¿le pedirías ayuda cuando está ocupado o con las manos metidas en el fango?

 

Por muy buena intención que tuviera, apenas te prestaría atención. Tendrías que arreglártelas solo, y podrías, pero con un resultado menos eficiente.

Yo quiero darlo todo, no me gustan las medias tintas, quiero rendir y disfrutar, quiero que mi carrera sea el resultado real de mis posibilidades.

 

Calma la mente, focalízala y corre Forrest, corre.

¿Cómo desocupas a tu posible aliado (la mente) para que colabore contigo?

Con él UN, DOS, TRES del Runfulness.

 

Primero: Desconecta la mente del pasado y del futuro.

Segundo: Calma la mente.

Tercero: Conecta la mente en tu proyecto presente: RUN FORREST, RUN.

 

Tres objetivos cumplidos con un acto tan sencillo.

  • INHALA en 1, 2, 3.
  • EXHALA  en 1, 2, 3.

Hasta que el ritmo penetre  la corteza más profunda de tu cerebro y destruya la creencia de que tu organismo hoy no puede. Entonces, ACELERA y…..sigue contando.

Transforma tu running en runfulness y disfruta con la experiencia