Reto número 4:

¿Por qué nos cuesta horrores tomar cualquier decisión?

Porque lo que quiere la Mente no es lo que desea el Cuerpo o lo que dicta el Corazón. Nuestros tres Yos (“Thinker, Doer y Lover”) protestan haciendo Ruido y nos lesionamos o enfermamos.

La mayoría de los métodos de entrenamiento deportivo se focalizan en el cuerpo, esto es, en el entrenamiento físico, olvidando a los otros dos. Usan la técnica del “Try Hard” o de repetir hasta que morir.

El Lover y el Thinker, que son como niños mimados, al ser desatendidos, se ponen celosos y comienzan a enredar.
La mente, dice: “Ahora verás, voy a fastidiarte el entreno con recuerdos del pasado y mensajes derrotistas sobre tu futuro”.
El corazón, que es muy intenso, necesita de constantes caricias, libera emociones y sensaciones negativas.
Esta guerra continua es la responsable de que o bien abandonemos o bien generemos estrés.
No es vuestra falta de voluntad ni vuestra culpa, son las formas, estáis construyendo la casa por el tejado.

Walden mima a los tres para evitar los celos seduciéndoles para que dirijan su atención a la misma meta: el Movimiento.
Las manos ayudan a la mente a comprender la postura.
La imaginación despierta la curiosidad del corazón con sus visualizaciones y controla sus emociones.
La respiración calma a los niños llorones (los “Isis”) mientras bombea energía.
La técnica se desarrolla envuelta en manipulaciones mentales y emocionales que favorecen su anclaje.

El Qi Gong, un Running a cámara lenta, nos ayuda a superar esa incapacidad de aunar siquiera en unos breves minutos estos los tres planos de nuestra existencia.
Poco a poco vamos consiguiendo abstraernos de la realidad que nos rodea, cerrando los ojos al exterior, anclando la mente en la respiración y moviendo la energía  con las palmas de las manos.
Estos breves momentos de claridad nos van devolviendo el silencio.         

Por eso el sonido del Walden Running es el silencio: Mente, corazón y cuerpo dejan de hacer ruido.